No sé si será el aburrimiento, la Navidad o ver películas ñoñas con una mantita en el sofá, pero hoy he pensado y reflexionado sobre el amor. No estoy enamorada, así que no creo que sea la persona más adecuada para hablar de ello, pero una vez lo estuve y aún lo recuerdo.Una vez leí que el amor no tenía fin, y que si lo tenía, no era amor. Una vez creí en esa frase.
¿Pero qué coño es el amor? Algunos países ni siquiera tienen un término para identificar el concepto “amor”. Solo nos pasamos la vida buscando a alguien con quien compartirla por miedo a la soledad, por entretenernos hasta que la monotonía y el aburrimiento nos hagan comprender que nada es eterno.
El amor es algo irreal que todos intentamos imitar. Nos limitamos a representar las escenas que hemos visto en las películas, pero en la vida real no suena una canción bonita mientras paseas de la mano por la calle.
A veces juego a enamorarme cuando salgo a la calle, en el vagón del metro, en las escaleras de la facultad... Pero no deja de ser un juego. Eso es, un juego al que jugamos para pasarlo bien, para tener alguien con quien compartir canciones románticas, alguien con quien ir al cine y llorar, alguien a quien contarle lo mal que ha ido el día... Es una amistad disfrazada de sexo.