En realidad no sé muy bien que quiero conseguir con esto, pero me siento bien explicando todo lo que se me pasa por la cabeza, a modo de terapia. Quizá busco en el anonimato la forma de desnudar mis frases. Sí, creo que es eso. Ha sido una persona anónima completamente desconocida cuyo blog seguiré día a día, la que me ha animado a dar el paso, a que el cuadernillo azul donde me desahogo frecuentemente de el salto a la red.
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jueves, 23 de diciembre de 2010
El mordisco en el cuello y el escalofrío de después
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