No tenía un plan. Sólo quería destemplarte los domingos y susurrar palabras huecas en el eco de tu respiración.
No quería tus planes. Me incomodan los suspiros vacíos y tú no conocías la espontaneidad del caos.
No seguimos un plan. Alternábamos la coincidencia forzada con los intensos arrebatos en cada semáforo.
Y sin embargo, planeamos. Pero planeamos alto, casi se puede decir que estábamos volando.
" Planear: preocuparse por encontrar el mejor método para lograr un resultado accidental" Ambrose Bierce
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domingo, 24 de noviembre de 2013
martes, 12 de noviembre de 2013
Momentos de pólvora
Maravilloso, magnético, fantástico, famélico, genial,
genético, estupendo, estúpido.
Es increíble cómo unos cuantos minutos pueden convertirse en
un momento como ese. Un momento de pólvora. Un momento por el que merezca la pena tener más memoria
que un pez. Un momento por el que merezca la pena gastar más tiempo
describiéndolo de lo que duró el propio momento. Momentos a los que ni las
palabras les hacen justicia.
Cremalleras y botones
Qué ironía que me quite el sueño tu camiseta de dormir.
Los besos son ese tipo de besos en los que piensas y no
puedes evitar morderte el labio inferior. Son como abrir las puertas de un
recinto antes de un concierto.
Hambrientos e impacientes. Nos desnudamos despacio, pero con
prisa. El ruido de las cremalleras rasga el silencio de dos bocas callándose.
Siempre son demasiados los botones.
Nos desabrochamos las ganas de sudar.
Nuestro límite está muy por debajo de la piel.
Y cuando no somos más que dos corazones temblando, envueltos
en piel de gallina, el mundo deja de girar. Exploramos cada poro de nuestra
superficie. Consumo tu olor despiadadamente, creando mi propia dependencia. Me
precipito al abismo desde tu esternón.
Nos besamos las cicatrices. Nos tatuamos la saliva. Nos salivamos
las heridas que todavía no nos hemos hecho.
Tu olor empaña mis párpados si no duermes a mi lado.
Todo lo que sé sobre echar de menos lo aprendí en tu boca.
"Nada me había dicho de aquel extraño tembleque de manos que convertía cada botón, cada cremallera, en tarea de titanes". |
martes, 11 de junio de 2013
Querida Obsesión
Querida Obsesión:
Te escribo para decirte
que definitivamente
lo nuestro se acabó
Búscate otra víctima inocente
otro objeto de cruel perturbación
Sólo te pido clemencia
sin táctica, sin engaño
Me incomoda tu presencia
tu tenaz persistencia
tu peculiar forma de hacerme daño
Nunca te he querido
ni lo volveré a hacer
Al principio era divertido
los gemidos, lo prohibido
fingir esa falta de interés
Eras mi peor manía
mi mejor error
mi tormento, mi alegría
mi LSD, mi cocaína
el secuestrador de mi atención
Ya no te necesito
he conseguido el remedio
me han descubierto el infinito
y lo he dejado por escrito
Conseguí escaparme de tu asedio
No me empieces a odiar
no busques mis motivos
no me intentes encontrar
cerca del punto final
donde pusiste dos puntos suspensivos
Ya te pienso con desdén
he reemplazado mi adicción
Espero que te vaya bien
que encuentres otra víctima u otras cien
Querida obsesión: Adiós.
sábado, 13 de abril de 2013
La oscura inspiración de la tristeza
Puedo escribir los versos más tristes esta noche, decía Neruda. Y es que las mejores composiciones literarias son tristes, no hay por qué negarlo; la inspiración llega antes a los tristes.
No hay cosa más absurda que un poeta optimista.
Mientras los tristes camuflan suspiros con sonrisas torcidas, los felices juegan con el destino de sus quizás.
Mientras la lluvia encharca corazones huecos y empaña pupilas de bohemia, otros ojos brillan y sus pulmones se llenaban de aires lejanos y húmedos.
Mientras en algún lugar llueve de pestañas para abajo, en otros llevan gafas de sol a las tres de la madrugada.
Mientras unos se refugian como masoquistas en las canciones lacrimógenas, otros llenan sus miradas con metáforas vacías.
No hay cosa más absurda que un poeta optimista.
Poema Número Veinte, 20 Poemas de amor y una canción desesperada |
Mientras la lluvia encharca corazones huecos y empaña pupilas de bohemia, otros ojos brillan y sus pulmones se llenaban de aires lejanos y húmedos.
Mientras en algún lugar llueve de pestañas para abajo, en otros llevan gafas de sol a las tres de la madrugada.
Mientras unos se refugian como masoquistas en las canciones lacrimógenas, otros llenan sus miradas con metáforas vacías.
domingo, 7 de abril de 2013
Se llamaba Penélope
Se llamaba Penélope. Nació en un otoño efímero a mediados de abril. Vivía en un Madrid inmenso, en un piso frío, en una calle estrecha. Tenía un corazón inmenso, el pecho frío y no podía decirse que fuese estrecha. A veces lloraba, pero siempre sonreía. Llevaba los labios rojos; no podía ser de otra forma llamándose Penélope. Bebía vodka porque comerciar con calor no es fácil en invierno. Y en verano tampoco. Penélope sabía cuál era el precio exacto de la felicidad. Y su felicidad era la más cara. Nadie como ella sabía hacer pactos tan serios en horizontal.También sabía jugar al poker, pero nunca se lo dijo a nadie. "Cantaba regular pero movía el culo con un swing que derretía el hielo de las copas". Salía por las noches porque así era más fácil camuflar su luto. Coleccionaba gemidos ajenos y olvidaba caricias anónimas casi al mismo ritmo. Vivía en una canción de Sabina, aunque desafinaba en los solos. Penélope se fugó con un poeta, pero nunca entendió la tristeza vacía de sus versos ni el aire hueco de sus besos. Recogió todos sus tacones y sus disculpas y abandonó octubre antes del uno de noviembre.
Aún hay quien dice que tiene siete vidas.
Aún hay quien dice haberla visto en oscuros callejones.
Aún hay quien dice que tiene siete vidas.
Aún hay quien dice haberla visto en oscuros callejones.
"A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después" Joaquín Sabina |
Como subastaba medias verdades, lo único que se sabe con certeza es que
se llamaba Penélope.
viernes, 5 de abril de 2013
Aparcando recuerdos en batería
Todavía su cuello se cuela en mis recuerdos. Fue bonito mientras lo imaginábamos.
Quizá no es la mejor manera de empezar a contar nuestra historia, pero tampoco se trata de una historia tan buena como para ser contada. No sé muy bien cómo empezó ni tampoco sé con exactitud cuándo terminó. De hecho no podría asegurar que fuese real.
Como en los mejores cuentos, era una noche fría de luna llena, pero lo nuestro estaba muy lejos de ser un cuento. Podía ser carnaval. Puede que fuera catorce de febrero. Ponerse un disfraz, fingir quién eres, fingir qué sientes. Y recuerdo bien que no llevaba ningún disfraz. Y qué bien fingíamos.
Las historias más intensas no duran eternamente. Pero tampoco terminan bien. Y en ocasiones ni siquiera terminan. Se consumen como la llama de las cerillas. Es ese amor breve y el olvido interminable del que hablaba Neruda.
Y yo sigo echando cuentas y me faltan finales para tantos cuentos. Y me sobran cuentos para tan pocas historias.
Quizá no es la mejor manera de empezar a contar nuestra historia, pero tampoco se trata de una historia tan buena como para ser contada. No sé muy bien cómo empezó ni tampoco sé con exactitud cuándo terminó. De hecho no podría asegurar que fuese real.
Como en los mejores cuentos, era una noche fría de luna llena, pero lo nuestro estaba muy lejos de ser un cuento. Podía ser carnaval. Puede que fuera catorce de febrero. Ponerse un disfraz, fingir quién eres, fingir qué sientes. Y recuerdo bien que no llevaba ningún disfraz. Y qué bien fingíamos.
"Olvidar es no querer recordar el error" Enzo Gamboa. |
Las historias más intensas no duran eternamente. Pero tampoco terminan bien. Y en ocasiones ni siquiera terminan. Se consumen como la llama de las cerillas. Es ese amor breve y el olvido interminable del que hablaba Neruda.
Y yo sigo echando cuentas y me faltan finales para tantos cuentos. Y me sobran cuentos para tan pocas historias.
jueves, 24 de enero de 2013
Vértigo
Vértigo significa tener la sensación de inseguridad y miedo a precipitarse desde una altura; estar muy alto y tener miedo de caer. Es tener todo lo que necesitas y temer que absolutamente todo se desvanezca alrededor. Tengo vértigo. Aunque esté a 3 metros del suelo sujetada por un arnés y con la máxima protección, sigo teniendo vértigo. Aunque todo indique que nada va a ir mal, algo me hace pensar que en cualquier momento puedo estar suspendida en el vacío un instante y luego empezar a bajar en caída libre como si de un dibujo animado se tratase.
"La angustia es el vértigo de la libertad" Sören Aabye Kierkegaard. |
Me inspiras y me expiras a partes iguales
Sabes respirar y nadie te enseñó a hacerlo. Uno respira constantemente sin reparar en lo que hace, despreocupado, mientras se dedica a otras cosas. Uno respira sin darle importancia, mientras se devana el cerebro con sus preocupaciones cotidianas. Pero si le falta el aire, si siente que se asfixia, si la angustia invade su pecho, los demás problemas se vuelven de repente insignificantes.
El amor es como respirar.
Pero no sólo respirar es vivir.
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