No puedo dormir pensando en el momento en el que me preguntes lo que siento y no pueda contestar a eso. Porque es el tipo de preguntas que no se contestan con un "no sé", aunque en realidad sea lo que voy a contestar. Porque no me gusta poner nombre a los sentimientos y no me apetece volver a sentir aquello que hace que se nos encoja el corazón.
Y me duermo con un último pensamiento:no estoy preparada para esa pregunta, pero responderé con un beso.
Si no miras para no ver lo malo, tampoco verás lo bueno. |
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